"El Poder Transformador
del Error en el Desarrollo de Jugadores de Tenis"
A menudo, subestimamos el valor del error en general en nuestra vida y bastante más en el mundo del tenis y, en lugar de abrazarlo como una herramienta de aprendizaje, le tememos, lo evitamos, lo juzgamos y lo peor, nos justificamos detrás de el. Reflexionando sobre mi propia experiencia como entrenador, reconozco que en el pasado cometí el error de centrarme excesivamente en los errores de mis jugadores. Sin embargo, afortunadamente, he evolucionado en mi perspectiva y he comprendido la importancia fundamental que tiene el error en el proceso de desarrollo y crecimiento del jugador/a.
Dicha perspectiva ha cambiado al darme cuenta de que, en mi intento de corregir los errores a menudo pasaba por alto la naturaleza única de cada uno. A grosso modo puedo clasificar los errores en tres tipos:
1. error por distracción,
2. error irresponsable
3. error constructivo.
1- Error por distracción: es cuando el fallo se produce por falta de foco e intensión en una acción en la que normalmente soy fiable.
2- Error irresponsable: es cuando el fallo se produce intentando solucionar con acciones de muy baja probabilidad de éxito.
En estos dos tipos de errores la intervención es firme y clara: ¿me puedes explicar cómo has llegado a tomar esa decisión?
3- El error constructivo es en cambio, la clave del aprendizaje. Es el error necesario, el que abre puertas a nuevas habilidades, decisiones. A este error no hay que temerle, hay que valorarlo, provocarlo y sobre todo escucharlo.
La clave para evaluar un error radica en discernir la intención detrás de él. El error constructivo es un error cometido con la intención correcta, y considero que debe ser cultivado y alentado ya que es el crisol donde se funden las capacidades con las probabilidades a través de un ciclo continuo de ensayo y error. Mi propia versión de este ciclo consta de cinco etapas:
· Intención
· Feedforward (anticipación)
· Acción
· Resultado
· Feedback (Retroalimentación)
La intención establece el objetivo, el feedforward evalúa y “siente” la probabilidad de éxito, la acción se ejecuta, el resultado se observa para que, finalmente, el feedback ofrezca información esencial para ajustar y mejorar el proceso. El error es en si mismo, un feedback.
“Todo error trae consigo toda la información para ajustar aquello que necesita ser ajustado”
Aunque el error en sí mismo ya lleva consigo información valiosa para el aprendizaje, lo más normal es no escuchar su mensaje debido a la frustración por lo que tendemos a negarlo, justificarlo o juzgarlo.
Aunque hay otro factor muy importante por el que el jugador no sabe escuchar el error y eso se debe a que está muy acostumbrado a escuchar el feedback del entrenador e incluso de los padres. Entonces mi pregunta es, ¿Cómo voy a aprender a escuchar mi feedback si me lo están dando permanentemente? Pero, esto es tema para otro blog.
En resumen, a través de mi experiencia personal, he llegado a comprender que el error es una herramienta poderosa y necesaria en el desarrollo de jugadores de tenis. Mi evolución como entrenador me ha llevado a abrazar el potencial transformador del error y a adoptar un enfoque más equilibrado en mi relación con él. El error no debe ser temido ni evitado, sino promovido y aprovechado como un aliado en el camino hacia la mejora continua para el crecimiento en el tenis y por qué no, también en la vida.
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